Mamá, casi nunca te doy un abrazo o te digo un "te quiero", quizás sea porque te quiero tanto que no hacen falta palabras ni gestos, pero siempre viene bien que tu hijo te abra su corazón y te demuestre lo que de verdad significas para él. Tú me has dado esos valores, valores que hoy en día tengo muy presentes en mí, que me ayudan a ser como quiero ser, a afrontar cada día que pasa con entereza y fuerza (la máxima posible)...
Me encanta que te enfades si algún Viernes no aparezco por casa, porque eso significa que me echas de menos y que estás deseando verme, me encanta que me preguntes qué he comido hoy, y que me preguntes también por mis sentimientos... eres lo MÁS importante para mí, y por si no lo sabes, te lo dejo aquí escrito, porque a la cara me da vergüenza decírtelo, aunque no debería ser así.
Nuestra diferencias hacen que nos enfademos y estemos en continuos conflictos y peleas, pero todo el amor que siento por tí lo compensa!
Gracias Mamá, gracias por estar ahí, siendo mi mayor apoyo, aguantando mis fallos y mis errores... No lo voy a olvidar nunca, y aunque parezca que no aprecio lo que haces por mí, créeme, LO HAGO.
Te quiero muchísimo!
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