Desde que te he visto he intentado ayudarte, pero tú tenías una actitud muy derrotista. He intentado alimentarte y darte agua, pero querías morir, o eso me decías con tu mirada de indignación. Te subías a mi mano como alma en pena, hasta que no he tenido más remedio que dejarte agonizar a tu gusto...
Y cuando he llegado a casa te he encontrado, ahí, quieto, distante, descansando.
Descansa en paz Ignacio, hay otra vida mejor para tí y estaba claro que ésta te venía grande... O tal vez he sido yo, que no he sabido cuidarte bien. Lo siento!
PD: Ignacio es un pájaro que me he encontrado en mi comedor esta mañana. No podía volar y parecía enfermo. He intentado por todos los medios ayudarlo pero no he podido hacer gran cosa. Quizá tenga que ver mi falta de experiencia al cuidar pájaros...
Que pena!